El nacimiento de iniciativas como Resistencia Digital aporta un cable de conexión más, un hilo de coser a esta importante red de apoyo que han mantenido los movimientos feministas en la lucha por los derechos. Su intersección con la tecnología y los movimientos autónomos ha sido un importante lastre que ha alimentado esta conexión.
Los países de América Latina, en toda su grandeza, se unen y se alejan de diversas maneras. Brasil, aunque muy grande, a veces está distanciado por el idioma, e incluso por la ausencia en su historia de la justicia transicional, que muchos de nuestros vecinos llevaron a cabo tras el fin de sus dictaduras. Y son las iniciativas (trans)feministas, su crítica a la sociedad, incluidas las estructuras tecnopolíticas contemporáneas, la búsqueda de reparaciones y la conquista de derechos, las que han contribuido a mantener viva esta conexión.
El legado de estas intersecciones, y lo que aún se está haciendo, merece ser registrado y compartido, merece todos los espacios que construye, tanto online como offline. Esto lo transforma en un cuerpo, vivo, fluido, cambiante, con nuestras características, disidencias, formatos, deseos, un cuerpo monstruoso, y nos ayuda a vernos y fortalecer este movimiento de resistencia al mantenimiento de estructuras de poder opresivas, incluso en lo digital.
Es importante y urgente contar con lugares que nos permitan reconectar, vernos, conocernos, actualizarnos e inspirarnos. Es importante y urgente que tengamos plataformas que permitan y reconozcan el afecto y el cuidado como parte fundamental de lo que genera cambios, posibilita la vida y la resistencia. Las tecnologías feministas del afecto y el cuidado, incluidas las digitales, nos permiten ser comunes y libres.
Es con toda esta energía vital que forma parte de un nacimiento que celebramos la llegada de Resistencias Digitales.
Foto: genderit.org